jueves, 21 de noviembre de 2013

....Grape un día, se acerco a la muerte pero la trajeron de vuelta a su infierno de dolor en vigilia.


Grape es el nombre imaginario de una paciente real, la cual me acerco de manera considerable a lo que s el concepto del dolor humano y la impotencia a la que muchas veces debemos enfrentarnos los observadores ante el dolor ajeno.
-Es ella, a la que revirtieron y al despertar pregunto ¿porque no me dejaron morir?-escuche esta frase mientras pasaba revista en piso un día, sin embargo como me encontraba algo distraída no tenía muy claro de quien hablaban exactamente. Sin embargo lo que logro ubicarme fue lo siguiente: - es la mujer del cáncer de seno, a la que es difícil controlarle el dolor, es grape-
Para iniciar esta historia me es necesario devolverme en el tiempo y explicar porque ese nombre y esa situación se me hicieron tan familiares.
Conocí a Grape un fin de semana cuando me encontraba de turno diurno en urgencias, aunque para ser más exacta no diría que la conocí sino que oí de ella. Mientras me dirigía a la sala de medicina interna por el largo corredor de urgencias, llegaron a mis oídos unos fuertes gemidos provenientes de observación mezclados con profundos y sonoros sollozos provenientes de otra voz. No sé si es la capacidad ecoica del lugar o si simplemente era la ausencia de demás pacientes en el pasillo (cosa realmente asombrosa en nuestro servicio de urgencias), pero los lamentos de la criatura fuese quien fuese tronaban por todo el recinto como la banda sonora de un musical. A pesar de todo esto y aunque me de vergüenza admitirlo , no me dio la mas mínima curiosidad acercarme a ver que sucedía: no porque sea particularmente indiferente , simplemente que me parecía fatuo caminar detrás de la manada de enfermeros que se dirigían a observación y además yo simple estudiante ingenua e ignorante , no serviría de mucho (para dejarlo claro, la principal función de los estudiantes para con los pacientes no tiene a mi parecer ninguna utilidad medica hacia ellos , es mas psicológica. Por eso me molestan los estudiantes que no pueden sentarse a escuchar a los pacientes, son unos mal agradecidos, si los pacientes les permiten “jugar a los médicos” con sus cuerpos aunque sea deberían retribuirles con u poco de tiempo para escucharlos). En fin, volviendo al tema principal, me dirigí hacia la sala de medicina interna con los lamentos de Grape a mi espalda.
Pasada la mitad del día, ya sin mucho que hacer pues los festivos la gente se abstiene de acudir a un hospital si no es de vital importancia, me senté a charlar con mi compañera en un sofá sobre cosas vagas sin la más mínima relación con la medicina. En algún momento, entro una de las doctoras a cargo ese día, me sorprendió verle el rostro pues no sabría describir exactamente que expresión tenia : ¿era acaso frustración , enojo , dolor o  piedad?, si me lo preguntan (y con miedo a mal utilizar el término), me quedaría con esta ultima pues la considero la mezcla de todas u poco. Con este tipo de expresión en la cara, se dirigió al doctor en turno y comenzó a contarle la siguiente historia (he de aclarar que no utilizare textualmente la conversación que emplearon sino solo daré una idea).
-   no sé que mas hacer , sigue gritando por el dolor- en ese momento abrí mis oídos y volví a escuchar los gemidos que antes me habían recibido en el pasillo . Se habían hecho ya tan constantes, que mi mente los había enviado a un plano más allá de mi conciencia y lo había dejado al nivel del sonido de la lluvia. – ya está con casi todo lo que podemos ofrecerle y aun así le duele-.
- pero está muy mal?- pregunto el doctor
- solo se levanta para gritar por el dolor por eso tratamos de mantenerla dormida- la amargura dibujo el ceño de la doctora- ya he intentado todo y no responde.
En ese momento el doctor empezó a recitar una lista de medicamentos, tratando de hallar algún vacio terapéutico  que ayudara a la paciente, sin embargo cada ítem de la lista la doctora respondía: ya lo tiene, si , ya venía con eso .
Me voltee a mi compañera y le pregunte de quien hablaban, a lo que ella me respondió: es la paciente de la esquina de observaciones, la del aislamiento. En ese momento recordé que ya había visto días antes a esa mujer de la que hablaban y en circunstancias similares. El cuadro que recuerdo es una mujer que solo demostraba cansancio y dolor en su cara gimiendo en su cama, con un familiar apretándole fuertemente la mano y tratando de darle a grape y a si mismo fuerzas  mientras sus sollozos acompañaban, el ritmo de los lamentos de grape.
Cuando volví de este recuerdo, la doctora y el doctor ya habían terminado de discutir y la doctora se dirigió hacia donde se hallaba grape para llevar a cabo la sugerencia de su compañero. Una oleada de gritos entro a la habitación cuando la doctora abrió la puerta, y tal como una ola se fue al cerrarla .
Grape fue trasladada a piso y fue allí donde (como antes había dicho) volvía  oír de ella. Grape estaba recibiendo dosis elevadas de morfina, el principal cuidado que ha que tiene con estos medicamentos es la depleción del sistema respiratorio o en otras palabras, que la persona deje de respirar; por suerte hay un “antídoto” para ello, entre los cuales se encuentra la naloxona. Esto fue lo que le sucedió a Grape un día, se acerco a la muerte pero la trajeron de vuelta a su infierno de dolor en vigilia.
Cuando indague porque habían decidido hacer eso, la repuesta fue: para evitar demandas. Sin embargo yo insistí en que si era una paciente no reanimable ese no era un criterio?,  pero mis compañeros me recordaron : ella no estaba muriendo , la habrían matado por darle tanta morfina, por eso el hospital se habría metido en problemas.

Me costó mucho entender porque somos tan crueles con las personas , les decimos que tiene derecho a escoger como vivir sus vidas, pues bien la muerte hace parte de la vida así que no entiendo cómo podemos disponer nosotros del sufrimiento de estas personas , es muy sencillo ser moralista cuando no se está en primera línea de guerra.

Por: Lovedog94

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